Para demostrar nuestra habilidad podemos hacer un pluviómetro casero, después de observar que va a llover con la piña del tiempo que también hicimos nosotros. Lo podemos preparar uno de esos días de lluvia en que estamos recluidos en casa. No son días para salir a pasear aunque, con unas buenas botas de goma y un buen chubasquero con capucha, podemos salir a disfrutar del terreno. ¡Ojo con el barro!

Para hacer nuestro pluviómetro casero necesitaremos una botella de plástico transparente que sea grande y un rotulador para hacer las marcas en ella. También necesitaremos unas tijeras o un cuchillo afilado, una regla y cinta de pintor. Por cierto, este es un trabajo fácil y muy didáctico, ideal para hacer con niños.

Primero cortamos la parte superior de la botella por donde se ensancha el cuello, quitamos los restos de papeles y publicidad. Boca abajo, la apoyamos en la parte inferior y sellamos la unión con cinta adhesiva. Así el agua de lluvia entrará fácilmente y dificultamos su evaporación.

Marcamos en la botella un nivel de agua que corresponde a cero y seguidos a intervalos de un centímetro. Si queremos más precisión podemos pegar en el exterior un trozo de cinta plástica graduada; en algunas tiendas de muebles las regalan. O pegamos una regla, como en la foto.

Ponemos el pluviómetro en el exterior, lo podemos asegurar con un trozo de alambre para que no caiga a la calle. Intentamos llevar un registro de lo que ocurre a lo largo de un mes. Si llueve...

La lluvia cae en función de la zona. Por ejemplo: la zona polar tiene pocas precipitaciones, del orden de 100 a 200 mm/año; la zona templada, con ciclones extra tropicales al inicio del invierno y la primavera, del orden de 800-900 mm/año; la zona desértica tiene precipitaciones muy bajas e irregulares, de 50 a 100mm/año; y la zona tropical, donde llueve mucho, registra valores superiores a los 3000 y 5000mm/año y que pueden llegar a 10.00 0mm/año.