En el terreno que tengo junto a la casa hago huerto. Al final del terreno crío gallinas y conejos. En frente de estos, en una cerca, tengo los dos perros: Thor, un bretón que críe con biberón estando yo embarazada de mi primer hijo, y un galgo que no tiene nombre pues me lo regalaron ya mayor. En su día fueron cazadores, hoy no.
Pero volvamos al huerto. El tamaño y la forma del terreno dedicado a la producción y cría de animales dependen únicamente del tiempo disponible para su cuidado. La forma rectangular es la más cómoda, si se puede.
La distribución del terreno y la situación de los animales no son indiferentes. Por ejemplo, es preferible situar más cerca las lechugas o los tomates que los cerdos. Mejor oler a hierba y a tierra que a estiércol.
A partir de esto ya se puede empezar a planificar. Hablaremos de ello en próximos artículos.