Nace el producto de moda - Costura y artesanías, Cultura y ocio

domingo, 10 de julio de 2011

Nace el producto de moda



A mediados del siglo XIX Europa tiene varios frentes de guerra abiertos: Crimea, Austria, Prusia e Italia. En Europa hay un despliegue industrial del que se benefician dos países que permanecen neutrales, Inglaterra y Francia. En estos triunfa una nueva clase social: la burguesía.

En 1850 ya se ha superado la pobreza del siglo XVIII. Las revoluciones de izquierdas culminan con el sufragio universal y, así, se acaba en la Segunda República Francesa de la mano del general repúblicano Napoleón Bonaparte.


Esta es una etapa próspera para Francia, en la que finalizan las grandes vías de comunicación, el ferrocarril y el barco de vapor. A través de estos medios Europa progresa en la importación de productos para vestir; por un lado, la lana se compra a países donde el ganado lanar es más abundante y barato; por otro, aumenta el cultivo del lino hacia el este. A la importación de la lana se le suma la seda y el algodón. Comienzan a exportarse los productos textiles transformados en Europa.

Los grandes talleres textiles del mundo están en Europa y el dinero también está en Europa, en manos de la burguesía que tiene el poder económico. La suma trae como consecuencia la aparición de un estrato social amplio que se aparta de la pobreza con recursos económicos propios. La clase media de la población va a ser el destinatario gran consumidor de la mayor parte del producto industrial y de lo que después se llamo el producto de moda.

Gracias a la mecanización, aumenta y mejora notablemente la industria textil. Se incorpora el motor a los telares y se pasa de 400 a 1200 brochas por telar. La velocidad de la lanzadera es muy superior a la del telar manual. Aumenta el ancho del telar. Los tejidos se fabrican más finos y las telas con cierta elegancia comienzan a ser abundantes y variadas. En la tintura de telas, los colorantes naturales van a ser desplazados por los artificiales, que resultan más baratos y más resistentes. Además, en 1851, en Schoenenwed, Bally inicia la fabricación industrial del calzado.

En 1855 se conoce la máquina de coser Singer, que es premiada en la Exposición Universal de París. Con esto, no solo se populariza, sino que, lo más importante, aparece la máquina de coser industrial, que permite la costura mecánica en vez del cosido manual y es decisiva en el desarrollo definitivo de la moda.


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