El hombre ha recogido el fruto de las abejas durante años, aunque nunca las ha conseguido domesticar. Si podemos criarlas, merece la pena, ya que una sola colmena nos proporcionará toda miel que podamos comer, con poco trabajo y cuidados. La miel se puede utilizar en lugar del azúcar en toda clase de bebidas y, en cocina, para realizar todo tipo de pasteles, es mucho más sana.

Hay más de una forma de criar abejas. Pero antes de dedicarnos a ello tenemos que saber cual será nuestra reacción ante la picadura de éstas. Para algunas personas es un riesgo. Para saber si lo podemos sufrir, acompañaremos a un apicultor en su faena. Indudablemente nos picaran, más antes que después. Entonces juzgaremos nuestras reacciones.

La abeja deja un saco de veneno con el aguijón, por lo que es recomendable sacarlo cuanto antes. El dolor dura unas horas, la hinchazón provocada decrece al cabo de unas horas. Si nos duele mucho, podemos mojar la picadura con extracto de hamamelis o cualquier loción contar la picadura de insectos. También funciona lavar la picadura con bicarbonato o un desodorante que contenga aluminio (casi todos los antitranspirantes lo tienen).

El equipo para la cría de abejas consta de un velo de colmenero - que se pone sobre la cara y evita las picadas en esta zona y el cuello -, guantes y botas altas. Los pantalones se meten en las botas, dentro de unas medias largas para que las abejas no puedan subir por las perneras, ya que tienden a trepar.

La colmena es el elemento más costoso. Hay dos tipos, el WBC, que es la colmena tradicional, y las colmenas National, que constan de cajas llenas de cuadros, apiladas unas sobre otras.

Las colmenas para abejas no deben estar situadas cerca de un camino público, carretera o vía férrea, donde el vuelo de las abejas podría molestar a la gente, ni bajo árboles densos donde puede haber humedad. Lo ideal es ubicar la colmena en un lugar separado del resto de la huerta.