El cultivo de la albahaca - Plantas

viernes, 28 de mayo de 2010

El cultivo de la albahaca



La albahaca es una hierba aromática de origen asiático. Se cultiva como anual en climas fríos, ya que es muy sensible a las heladas. Se puede cultivar como perenne en ambientes cálidos, mediante una poda en otoño, para que rebrote en primavera. Crece muy bien en interiores y se puede tener en macetas.

Las hojas de albahaca tienen un olor penetrante y un sabor tan fuerte que puede llegar a dominar sobre el ajo. En algunos países mediterráneos se suelen remojar en el aceite de oliva que se usa para aliñar ensaladas.


La albahaca se cultiva exclusivamente a base de semillas que se siembran en primavera. Hay que esperar hasta que el suelo esté caliente para trasplantar las plantitas. Conviene dejar de 20 a 30 centímetros entre plantas, regar bien y mantener las hojas frescas, verdes y jugosas. El suelo debe ser seco, ligero y bien drenado. Si se plantan junto a tomateras u otras hortalizas, ahuyentan ciertos insectos.

En cuanto se despliegan las hojas, se pueden arrancar – dejando algunas para la planta siga creciendo - para usarlas en fresco. Antes de que lleguen las primeras heladas, o a principios del invierno, se cortan las plantas, se dejan secar y se guardan las hojas secas en frascos. La albahaca tarda más en secarse que otras hierbas aromáticas.

En algunas culturas se la considera una planta tóxica o, incluso, un agente cancerígeno. Sin embargo, su toxicidad no se ha podido demostrar en la dieta humana (y, en todo caso, sería en cantidades muy grandes). Pero, por si acaso, se recomienda un uso moderado, especialmente, en mujeres fértiles y embarazadas.


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