Callosidades, los molestos callos - Belleza, Salud

jueves, 31 de octubre de 2013

Callosidades, los molestos callos



Un callo es un engrosamiento en la piel, una hipertrofia de la capa más externa de la epidermis, que está compuesta de proteína natural y queratina, con el núcleo central duro. El callo suele doler por la continua fricción o presión a la que está expuesto.

Los callos se forman como un acorchamiento para proteger la piel de la ficción. Son una defensa de la piel; se hacen en las extremidades (pies y manos, rodillas). En los pies por correr largas distancias, por caminar en superficies rugosas sin zapatos, por todas aquellas actividades en las que haya roce o presión continúa en los dedos. En las manos por el uso de algunas herramientas, por el levantamiento de pesas, por tocar instrumentos de cuerda. Los callos también se hacen en las rodillas, por estar arrodillados para poner baldosas o poner una alfombra.

Callosidades

Ojo, también podemos ocasionar callosidades en los pies al usar unos zapatos mal ajustados (por muy bonitos que sean), cuando los calcetines se "arrebujan" en la planta del pie, cuando llevamos calcetines con costuras que rozan la planta del pie, o si tenemos anormalidades en el pie que nos hacen una contusión y la rozamos continuamente con el zapato.

Si notamos un área de piel dura de color amarillo o rojizo, que está gruesa y con una ligera sensación de ardor, pronto, si no ponemos remedio, aparecerá una zona dura y molesta: el callo.

Para aliviar los callos de pies utilizamos baños de ortiga menor (que es vasoconstrictora, antirreumática y buena para diabéticos en jarabe); elimina las callosidades en breve tiempo, igual que su jugo fresco, que se obtiene lavando las flores y los tallos de la ortiga y se exprimen en una licuadora. El resultado se aplica varias veces al día sobre la callosidad.

Otro remedio es utilizar el elixir Amargo Sueco que es una mezcla básica de 11 hierbas. Incluye Ajenjo, Mirra, Aloe Vera, Azafrán, Alcanfor, hojas de Sen, raíces de Ruibarbo, Maná, Teriaca Veneciana, raíces de Carlinas, Cedoaria, y raíces de Angélica, macerado todo durante dos meses en Orujo. Empapamos un algodón y lo aplicamos sobre el callo varias veces al día. Por la noche lo podemos asegurar con un calcetín.


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