Los vegetales obtienen del medio ambiente toda la energía que necesitan para funcionar. El resto de los seres vivos dependen por completo de la producción de biomasa de los vegetales. La biomasa es la masa total de los seres vivos. En el caso de un bosque, por ejemplo, es la masa de las plantas y animales que lo habitan.

Para calcular la cantidad de biomasa de un bosque, debe acotarse una zona, (por ejemplo una hectárea), contar el número de árboles, medir la altura y la anchura de los troncos y contar el número de ramas y sus medidas. Con esto podemos calcular la biomasa de leña.

La cantidad de biomasa de las hojas la conseguiremos calculando el diámetro y la altura de la copa de los árboles. Después, deshojando una rama típica, poniendo las hojas en una bolsa, pesándola y multiplicando el resultado por la cantidad de ramas del área que estudiamos. Haremos igual con la vegetación del sotobosque.

Después de sumar los resultados obtenidos tendremos el valor de la biomasa de la hectárea estudiada. Podemos desestimar la aportada por los animales, ya que es muy pequeña y variable. Ahora lo multplicamos por el número de hectáreas que ocupa el bosque.

Para calcular la producción vegetal en un año, debemos averiguar la cantidad de materia nueva que han formado en ese tiempo los árboles, los arbustos y las hierbas del sotobosque.

Hay ecosistemas más productivos, como las sabanas africanas, donde cada año se producen toneladas de hierba. Esta hierba es comida por grandes cantidades de herbívoros, que a su vez son presa de los carnívoros. Otros ecosistemas producen muy poca biomasa, como el polo norte, pues la densidad de biomasa sobre el hielo es muy baja.