La respiración completa - En forma

lunes, 27 de junio de 2011

La respiración completa



Para estar en forma y que nuestra musculatura trabaje mejor, tratamos de respirar siempre acompañando al movimiento; así, los ejercicios son intensos además de estar controlados; se consigue espacio para los órganos, dilatando el diafragma hacia arriba cuando espiramos y tensando la musculatura.

Cuando practicamos un ejercicio por primera vez debemos tomarnos todo el tiempo necesario hasta aprender su ritmo de respiración y, así, al estar relajados, se puede ejercitar todo el potencial de nuestros pulmones.


De pié o tumbados, podemos experimentar nuestra respiración, (nunca sentados) se colocan ambas manos sobre el vientre. Mantenemos la boca cerrada respirando uniformemente por la nariz. Se pueden cerrar los ojos con cada respiración.

Redondeamos el vientre al respirar. Con cada respiración, contraemos y tensamos el suelo pélvico. Nos aseguramos de que las fases de inspiración (por la nariz) y espiración (por la boca) tienen la misma duración.

Colocamos ambas manos sobre la caja torácica y, tratamos de respirar moviendo solo ésta y no el vientre. Comprobamos como se ensanchan las costillas con cada inspiración, y cómo se contraen con cada espiración.

Combinamos ambas técnicas de respiración colocando una mano en el vientre y otra en la caja torácica y, cuando tengamos la sensación de que ya no podemos coger más aire, lo dejamos fluir desde la altura de los pulmones por el esternón hasta los lados.

Con la inspiración tratamos de ensanchar la caja torácica, tanto lateral, cómo posteriormente. Así podremos coger más oxigeno. Con la espiración, primero hundimos el vientre y luego la caja torácica. Espiramos todo lo profundamente que podamos. Si nos mareamos, abrimos los ojos y retomamos la respiración controlada, tranquila y respirando regularmente.


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