Antes de desarrollar este artículo queremos dejar claro que no nos posicionamos ni al lado de los defensores de usar las pieles como abrigo, ni al de los defensores de los animales y sus pieles. Vamos a repasar algunos animales de los que se suelen obtener pieles bien valoradas, sin querer entrar en polémicas.

A las gentes elegantes de todos los tiempos les ha gustado adornarse con pieles, y más si son caras y exóticas. Muchas de ellas llegan de las remotas tierras polares. Allí, algunos hombres persiguen a unos animalillos como los castores, las martas, las nutrias o los zorros azules. Tras conseguir sus pieles y curtirlas, negocian con ellas.

La marta mide 48 cm., de los cuales una tercera parte se los lleva su hermosa cola. Habita en los bosques y saquea los nidos de las aves; también persigue a las ardillas, a las que es capaz de capturar gracias a su viveza, agilidad y prodigiosas facultades. La zibelina, pariente cercana de la marta, tiene el pelaje más espeso que ella. Apenas quedan ejemplares.

La nutria es otro mamífero acuático. Llega a medir 80 cm., más unos 40 de cola. Excava cuevas en las riberas, con salida bajo el agua, donde se mueve con tanta soltura como en tierra. Los peces constituyen una de las bases de su alimentación.

El armiño, con solo 24 cm., es un aguerrido cazador que se enfrenta incluso a presas de mayor tamaño. En el abdomen su pelaje es blanco durante todo el año, mientras que en el dorso cobra este color solamente en invierno.

La mofeta, con 40 cm., no puede permitirse grandes alardes como cazadora. Otro carnívoro de piel delicada es el mapache, con 60 cm. de longitud, más 25 de cola. Abunda en los bosques de Canadá y de América Central; es un habilidoso trepador que busca, incansable, frutas, aves, peces e insectos.

La ondatra o rata almizclera es un curioso roedor de 60 a 65 cm. que abunda en las orillas de los grandes lagos canadienses.

La marmota, con 75 cm. de longitud tiene un pelaje espeso que le permite vivir hasta 3000 metros de altitud, es decir, en el límite de las nieves perpetuas. La ardilla terrícola es una mezcla entre marmota y ardilla común; su cuerpo está cubierto por una piel ondulada de color amarillo grisáceo con manchas irregulares de tono rojizo; puede llegar a pesar hasta medio kilo.