Con este ejercicio conseguiremos relajar los músculos faciales. Nos tumbamos boca arriba sobre una colchoneta en el suelo y empezamos. Levantamos las cejas, así arrugaremos la frente.

A continuación, arrugamos la nariz al mismo tiempo que presionamos ligeramente la lengua contra el paladar, mientras apretamos los labios suavemente.

Soltamos la tensión repentinamente y notamos la sensación después de la relajación.

Reposamos un minuto y repetimos de nuevo el ejercicio.

Ahora es el turno de la nuca; levantamos las cejas y arrugamos la frente y la nariz; presionamos ligeramente la lengua contra el paladar mientras, de nuevo, apretamos los labios suavemente. Movemos la barbilla hacia abajo para que la cabeza se levante unos centímetros del suelo. Mantenemos la tensión de 5 a 7 segundos.

Soltamos esta tensión repentinamente. Notamos poco a poco y con más intensidad una agradable sensación de relajación.

Reposamos durante un minuto y volvemos a repetir el ejercicio.