La mitad de los menores no ha recibido ninguna información sobre las normas básicas de seguridad en internet. Para evitar problemas antes de que sea tarde hay que establecer una serie de filtros que eviten el acceso de niños y adolescentes a sitios inapropiados y que entren en contacto con desconocidos.
Los padres deberían saber, en todo momento, qué hace su hijo en el ordenador. Para ello, el ordenador debe estar colocado en un lugar visible, con toda normalidad.
Es recomendable establecer unos tiempos de conexión para evitar que el niño pase demasiado tiempo navegando. También, limitar el acceso a contenidos que no son adecuados para los menores, con programas de protección (K9 web protection, LogProtect, Naomí, protección infantil de Windows Live, entre otros)
Hay que evitar que los niños accedan a chats u otros canales de conversación sin la presencia de un adulto. Y, por supuesto, los padres deben leer, con ellos (nunca a escondidas), los mensajes que sus hijos reciban de desconocidos.
En casa se debe comentar la información extraña que llegue por internet, o que encuentren en la red. También pueden utilizarse programas de filtrado, fáciles y muy baratos que ofrecen una eficacia que supera el 95%. Por ejemplo Canguronet, Optenet, alertas antivirus y sistemas de protección para menores o cortafuegos como la aplicación ZoneAlarm.
Es un tema delicado en el que la labor de los adultos consiste más en educar que en controlar. En caso de duda, los padres pueden acudir a sitios como Protégeles, los usuarios informan de la existencia de contenidos delictivos o inapropiados en la red.