Los escaparates de la moda han cambiado. De estar expuesta en las vitrinas de las tiendas, la moda ha pasado a estar expuesta en los museos, ya que se ha convertido en testigo de nuestra historia económica, social y cultural.

Paco Rabanne definió la moda como algo "diferente a un juego o a la voluntad de un modisto. Es un momento de la civilización". Más allá de gustos, estilos, gestos y tendencias, las prendas que se han vestido en la historia reflejan la realidad cultural, económica y social de cada etapa.

El estilismo de la moda nos permite relacionar cada sociedad y sus gentes con una etapa de la historia. Es un indicador del tiempo.

Recientemente se han creado museos dedicados a la moda; son espacios vanguardistas, en los que se pretende que el visitante haga algo más que observar las prendas colocadas en vitrinas. En ellos, la moda no se presenta como una frivolidad o un instrumento de abrigo, sino como el reflejo de un tiempo y el resultado de un proceso artesanal en el que, finamente y sutilmente, aparece la ingeniera del artesano.

Hay dos grandes museos en España dedicados a la moda. En Madrid, el Museo del Traje ya fue planteado en 1925 por el conde de Romanones. En el año 2004, finalmente, se creó el Museo de Traje en la Ciudad Universitaria; sus 160.000 piezas lo convierten en el museo más importante. Abarca desde indumentaria histórica y contemporánea a complementos, bolsos y carteles.

En Barcelona, el Museu Tèxtil d'Indumentària, apuesta por una exposición no fija. Tiene una importante colección de vestidos y bordados que van desde el siglo XVl hasta hoy, así como un exquisito fondo de joyería.

En Inglaterra, los amantes de la moda deben visitar la galería 40 de Victoria & Albert de Londres. Se pueden admirar diferentes estilismos desde el siglo XVll hasta hoy.

En París se encuentra el Musée Galliera, cuya colección se remonta a 1907 y cuenta con 90.000 piezas. El Palacio decimonónico guarda desde un corsé de la reina María Antonieta (1785) hasta los trajes de la coronación del rey Carlos X (1825), pasando por el traje de Givenchy que vistió Andrey Herpbun en "Desayuno con Diamantes".

Y, como no; en Italia, Bélgica y en América también hay museos dedicados a prendas de ropa de la historia.