El paisaje de la tundra - Naturaleza

sábado, 9 de junio de 2012

El paisaje de la tundra



La tundra es la inmensa franja de tierra que se encuentra entre la región de los bosques y el país de los eternos hielos polares. La tundra se extiende, desnuda de árboles, al norte de Canadá, Siberia, Rusia, Países Escandinavos y parte de Alaska. No es que falten las montañas y los ríos como en la tundra siberiana, o rocas cuarteadas por el hielo como en la tundra canadiense; pero, en general, no es más que una monótona planicie agobiada de lagos y charcas que cubren la mitad de su superficie.

La tundra yace bajo el hielo durante nueve meses. Solo quedan algunos montículos de apenas 100 metros de altura que fueron montañas y el hielo ha raido durante milenios. A partir del mes de septiembre, el sol apenas se ve en la línea del horizonte y las noches son interminables. Las charcas y lagunas se cubren de hielo y los ríos detienen su curso ateridos por el frio. Llegan las nieves, y el cielo y la tierra quedan sumidos en un inmenso vacío.

Paisaje de la tundra

Cuando llega diciembre, el sol deja de salir en las regiones que están por encima del Círculo Polar. El frío es insoportable y la noche se hace eterna, no conoce más alivio que el de los espectrales reflejos de la aurora boreal.

A finales del mes de mayo vuelve el sol a asomarse en el horizonte y su luz no abandona la tundra helada durante todo el periodo estival. Con el calorcito, las nieves se funden y los hielos resquebrajan su costra, dejando al descubierto las pestilentes charcas anegadas de musgos y líquenes.

A mediados de junio el suelo reverdece. Como por arte de magia, brotan las flores (nomeolvides, amapolas...) y las márgenes del rio y los bordes de los lagos se revisten de oro y esmeralda. Entonces llegan las aves migratorias desde el sur y en el aire se oye el zumbido de los insectos.

Pero el periodo estival es muy corto. Cuando a finales de agosto empieza a soplar el frio del otoño, los campos pasan de ser verdes a teñirse de un color rojo-amarillo y, más tarde, a quedar sepultados por las primeras nieves que llegan en el mes de setiembre. Ha vuelto la tundra.


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