En España cerca de 700.000 personas están diagnosticadas de Alzheimer. Esta enfermedad aumenta cada año y se manifiesta en 150.0000 nuevos enfermos más.

El principal riesgo para los que sufren la enfermedad de Alzheimer es la pérdida de memoria. Los daños por dejarse un grifo del agua o la llave del gas abiertos pueden ser irreparables. Aquí entra en función el sistema domótico. Las alarmas técnicas, como detectores de humos, detectores de gas o agua, actúan en su ayuda. Se crea una alerta y el corte de suministro (gas, electricidad) es inmediato.

En otras ocasiones el enfermo de Alzheimer se desorienta en el tiempo y no reconoce los lugares, pudiendo marchar de casa, incluso en plena noche. El enfermo de Alzheimer lleva un brazalete cuya onda es detectada por un sensor. Se establece un horario y, si el enfermo se aleja de la casa más de una distancia preestablecida, saltan las alarmas. Esta solución se conoce como control de errantes y bloqueo de puerta principal.

Las alarmas médicas y la tele asistencia, con los distintos botones de pánico, actúan de la misma forma en enfermos de alzhéimer y en ancianos.