La organización social de la prehistoria era muy rudimentaria y las técnicas muy elementales. No podemos juzgar el pasado según nuestro sistema de valores moderno, ni podemos buscar en él la respuesta a todos los males. Hoy los pueblos tienen mentalidades distintas y no podemos entender aquellos según nuestras propias ideas y convicciones morales.

La gente de la prehistoria vivía de la caza, la pesca y la recolección. No tenían problemas de hipotecas ni de cómo llegar a fin de mes. Y al final de este periodo se establecieron en asentamientos permanentes y se convirtieron en agricultores, ganaderos y metalúrgicos. Entonces comenzaron los primeros intercambios comerciales.

El pícaro ser humano comenzó entonces el ascenso y la búsqueda de riquezas y posesiones que, hasta hoy, son clave en nuestra sociedad, "tanto tienes, tanto eres". Y empezamos a relacionarnos entre nosotros en base a esto.

Desde aquí, todos los males del planeta están relacionados. Creemos que la solución está en la educación. Sin ella nada es posible. El mundo es "economicista" y materialista, y ahí reside el origen de todo lo que tenemos encima.

Es necesario reorientar la economía del planeta, haciéndonos conscientes de la gravedad de los numerosos problemas mundiales, tales como la desnutrición, las carencias sanitarias y la insalubridad que todavía afectan a un número escandalosamente elevado de seres humanos. Todos valen, tengan lo que tengan.