Colonia controlada de gatos - Animales

domingo, 12 de junio de 2011

Colonia controlada de gatos



Una colonia controlada está formada por gatos callejeros que han sido esterilizados. En la colonia reciben atención y vigilancia sanitaria. Son alimentados de forma controlada con comida seca para gatos y agua, de manera que se cuida su alimentación y salud sin ensuciar el entorno.

El método para controlar una colonia de gatos consiste en la captura, esterilización y devolución de los felinos a la comunidad en la que se han establecido. Este método es conocido con las siglas CER (Captura, Esterilización y Retorno).


Para que este programa tenga éxito hay que asegurar el suministro diario de alimento a los felinos (pienso seco para gatos) y agua fresca. Hay que tener especial cuidado en la limpieza de las zonas destinadas a la alimentación y las deposiciones de los gatos. La colonia ha de ser supervisada periódicamente y los gatos nuevos han de ser esterilizados.

Los encargados de las colonias de gatos son los responsables de alimentarlos y observar su estado de salud. También pueden administrarles antiparasitarios y anti-pulgas (siempre bajo prescripción veterinaria). Hay que elaborar un censo con una ficha detallada de cada animal y, en caso de que alguno sea sociable, intentar buscarle un hogar. Estos valiosos colaboradores deberían estar coordinados por entidades o asociaciones de defensa animal, constituidas legalmente, que les asesoren debidamente para una gestión más eficiente.

La creación de colonias controladas es un modelo de gestión que ha demostrado ser la más válida y eficaz, porque cumple con las exigencias éticas y morales actuales que van contra el sacrificio de animales (en Cataluña el decreto legislativo 2/2008, de 15 de abril, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley de protección de los animales, prohíbe el sacrificio). Además se consigue tener una población de gatos estable en un territorio, formada por individuos esterilizados, testados y vacunados, que mantendrá la zona limpia de ratas.

También facilita la aceptación por parte de las personas contrarias a los gatos, las cuales ven a estos animales como una plaga, por su proliferación indiscriminada. Los gastos que conlleva son más altos al principio, pero acaban siendo inferiores al método de capturar y matar. Además, se ha podido comprobar que sacrificar los gatos no es efectivo, pues pronto aparecen nuevos animales que vuelven a ocupar el espacio y reproducen el problema inicial.

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