viernes, 31 de mayo de 2013

La esquina de sobre en costura

Los acabados de una prenda marcan el buen hacer de la costurera o del sastre. Entre ellos, uno de los más importantes consiste en saber terminar las puntas de las prendas, y para eso, conviene saber hacer una esquina de sobre. ¿Cómo?

Las costuras diagonales en las esquinas de los dobladillos se llaman "esquinas de sobre". Vamos a aprender a coserlas en una blusa con aberturas laterales.

La esquina de sobre

Planchamos el canto del margen inferior y del margen de la apertura medio cm, aproximadamente, sobre el revés de la tela.

Doblamos el margen del canto inferior hacia arriba y marcamos el canto doblado en el margen de la abertura, en el revés de la tela, con jaboncillo de sastre.

Ponemos el margen del canto inferior otra vez hacia abajo.

Doblamos, también, hacia dentro el margen de la abertura y marcamos el canto doblado en el margen del canto inferior. Volvemos otra vez hacia fuera el margen de la abertura. Unimos con una línea recta los dos puntos marcados.

Doblamos la tela de la esquina de modo que el margen del canto inferior quede encima del margen de la abertura. Unimos los márgenes superpuestos y pespunteamos a lo largo de la línea marcada con el jaboncillo de sastre.

Recortamos la tela sobrante dejando solo medio cm de margen de costura; cortamos el extremo inferior en línea sesgada (trasversal), y, con la plancha, separamos los márgenes de costura.

Para acabar, volvemos hacia dentro los márgenes de la abertura y del canto inferior, con cuidado y, con la ayuda de un alfiler, sacamos la esquina. Fijamos los márgenes con un hilván. Después, planchamos los cantos. Desde el lado derecho de la tela, fijamos con un pespunte el margen del canto inferior y el margen de la abertura. Y ya está.


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jueves, 30 de mayo de 2013

Piojos del pubis o ladillas

Su presencia se conoce como pediculosis y es una infección cutánea producida por un insecto hematófago (que se alimenta de sangre), concretamente, causada por un piojo que parasita exclusivamente al ser humano. Las especies que parasitan a las personas son tres:

• El piojo del cuerpo, Pediculus humanus corpois.
• El piojo de la cabeza, Pediculus humanus capitis.
• El piojo del pubis, Phitirus pubis.

Piojos del pubis o ladillas

El ciclo de vida de los piojos es básicamente el mismo: huevo, ninfa y adulto. No pueden sobrevivir periodos largos fuera de su huésped. El piojo púbico no trasmite ningún tipo de agente infeccioso. Necesita temperaturas entre 28 y 32º.

Esta infección se adquiere habitualmente por contacto sexual y se considera una Enfermedad de Trasmisión Sexual (ETS), aunque también puede adquirirse al compartir ropa infectada y baños, especialmente en niños y personas mayores.

El piojo se engancha al pelo púbico y se alimenta de la sangre del paciente. El sangrado del lugar donde se agarran puede provocar unas lesiones azules. Esta infección es más característica de países en vías de desarrollo.

Otros factores de riesgo son: vida sexual sin control en la adolescencia, diversas parejas sexuales, contacto sexual con una persona infectada, compartir ropa o cama con una persona infectada, malnutrición, estado inmunitario deprimido...

Los síntomas principales son: picor localizado en la zona púbica y menos común en la zona perianal, pierna, tórax, abdomen, axilas, cara y cabello. Se producen lesiones y escoceduras al rascarse. A pesar de ser un piojo de zona púbica también puede reproducirse en las pestañas, causando picor e irritación de los ojos.

El diagnostico se realiza viendo el parasito y las lesiones de la zona, pudiendo descartar así otros tipos de dermatitis. Una vez detectados, se han de buscar infecciones activas en familiares, compañeros de clase o compañeros íntimos.

El tratamiento principal es la higiene. Solo se ha de tratar cuándo se diagnostica, no como prevención. Un tratamiento tópico tipo crema que se repetirá a los 7-10 días. Es muy raro que se produzcan complicaciones.


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miércoles, 29 de mayo de 2013

Sociedad cooperativa

Para constituir una cooperativa se asocian varias personas y deciden aportar trabajo y capital. Todos ellos son propietarios y trabajadores; tienen igualdad de derechos y obligaciones, basándose en los principios de democracia.

La cooperativa nace de unas personas que por sí solas no podrían realizar una actividad empresarial. Por esto, y porque tienen intereses comunes, se unen.

La cooperativa

Son empresas típicas del sector primario. Conocidas son las cooperativas de aceite de oliva, en las que el agricultor puede decidir hacerse miembro de la cooperativa, produciendo, vendiendo y recogiendo los beneficios que le corresponden.

Cada vez optan por este sistema más empresas emprendedoras de otros sectores como la vivienda, la enseñanza, el transporte, la sanidad, etc.

Los socios de la cooperativa tienen una responsabilidad acorde con el capital aportado, nunca será mayor que éste. Si han aportado X y hay perdidas, se quedaran sin X, nunca X+1.

Las cooperativas de primer grado están integradas por personas físicas o jurídicas; para constituirse necesitan, al menos, tres socios. Las de segundo grado, formadas por socios de cooperativas de primer grado, necesitan al menos dos socios para constituirse. También las hay de tercer grado, formadas por cooperativistas de segundo grado, y así sucesivamente.

En los estatutos de la cooperativa se fijará el capital mínimo para constituirla. Todas las cooperativas se abrevian S. Coop. (Sociedad cooperativa) que será la razón social, con domicilio donde se realice su gestión administrativa.

Cada socio de la cooperativa es "un voto". No se trasmiten y solo cabe que el socio se de baja.


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martes, 28 de mayo de 2013

Dulces, la tentación

En los productos de repostería aparecen varios grupos de alimentos, fundamentalmente huevos, lácteos, cereales, frutas, edulcorantes, gelatinosos, levaduras, frutos secos, cacaos y algunas especias.

Con todo lo nombrado anteriormente, no podemos negar que el poder nutritivo de los dulces es muy completo, al igual que su capacidad energética. La mala prensa de todos estos alimentos no es culpa suya, sino nuestra; solemos abusar de ellos, sobre todo los niños y las mujeres.

Dulce, la tentación

Si estamos sanos y somos jóvenes, nos podemos apuntar al consumo del dulce. Si tenemos algún problema de salud, en cambio, debemos examinar bien los componentes de cada uno de ellos antes de consumirlos. Si queremos adelgazar es mejor que los sustituyamos por otros alimentos. Y si tenemos más de 50 años, mejor que comamos dulces SOLO en celebraciones señaladas.

Entre los edulcorantes, el azúcar es el más utilizado, y hay distintas presentaciones de granulado para cada necesidad en repostería. La fructosa es un azúcar procedente de frutas y verduras, con mayor poder edulcorante que el azúcar refinado; se pude disminuir la cantidad a emplear, puesto que se metaboliza sin insulina; puede ser empleada por diabéticos, sin olvidar que, a pesar de todo, han de limitar su consumo.

La miel es un edulcorante natural con un 80% de azúcar; si se utiliza en su sustitución se ha de tener en cuenta que introduce un cambio de sabor.

Cuándo se necesita un producto que dé consistencia a algunos rellenos, se suele utilizar gelatina, obtenida de huesos y cartílagos. Si preferimos un producto de procedencia vegetal en lugar de animal como la gelatina, se puede sustituir por agar-agar, procedente de las algas rojas y que tiene un poder coagulante mayor que la gelatina. No puede mezclarse con leche.

Las especias más utilizadas en repostería, que dan personalidad a cada postre son: anís, comino, clavo, nuez moscada, azafrán, canela y vainilla. Muchas contienen aceites esénciales.

La levadura artificial más utilizada está compuesta por bicarbonato sódico, ácido tartárico, vinagre o ácido cítrico y mineral. En contacto con el vinagre, la humedad, el aire y el calor, producen dióxido de carbono que es lo que hace subir la masa.


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