Como saludo en las relaciones, el apretón de manos es de los más habituales. Si observamos ciertos detalles permite hacernos una rápida opinión de la persona que acabamos de conocer, tanto si es un amigo nuevo, el alcalde de nuestro pueblo o somos el jefe y él es un posible empleado.

La forma de dar un apretón de manos puede variar según la personalidad y la ocasión, pero existen tres estilos principales: de igual a igual, el dócil y el autoritario. La postura de la mano nos indica la intención de la otra persona.

Un apretón de manos de igual a igual es el más habitual: ofrecemos la palma de la mano abierta en posición vertical, con el pulgar hacia arriba. El número habitual de sacudidas es de cinco a siete. A quien saludamos nos ve como un igual.

Dar la mano a alguien con la palma hacia arriba es rendirse a la autoridad. Es una mano servil. Se conoce como el apretón de manos dócil.

El apretón de manos autoritario es el que nos da el jefe. Si nos ofrecen la mano hacia abajo es una señal inequívoca de que pretenden dominarnos, y el ángulo que forma la palma de la mano respecto al suelo refleja su nivel de agresividad y dominio.