El Sol es nuestra estrella - Cultura y ocio

martes, 7 de mayo de 2013

El Sol es nuestra estrella



Desde siempre ha habido gente que se dedica a pasar largas horas durante la noche observando el cielo. Las estrellas, los planetas, los satélites de Júpiter... Hay muchos cuerpos celestes que podemos observar sólo con una mirada o ayudándonos solo de prismáticos, y son apasionantes.

Pero, para poder ser vistos, algunos astros necesitan aparatos astronómicos más sofisticados e incluso, con algunos, tomar medidas de protección muy estrictas. Es el caso de nuestro astro rey, el Sol, la estrella que nos alumbra y permite la vida. Para observar el Sol es necesario utilizar aparatos astronómicos adecuados y, sobre todo, disponer de filtros solares para no estropearnos la vista y poder disfrutar.

El Sol de nuestra vida

El sol es una estrella que forma parte de una galaxia, la Vía Láctea. Se encuentra en uno de sus brazos, a una distancia de 30.000 años luz respecto a su núcleo. Aunque parece muy destacable, el Sol es una estrella que brilla poco si la comparamos con algunas de sus vecinas.

Hay estrellas como Betelgeuse, de la constelación de Orión, que superan la medida del sol 40 millones de veces. El sol irá aumentando de medida a lo largo de su vida (ahora se encuentra aproximadamente a la mitad); es una estrella que se formó hace 4.500 millones de años y le queda, más o menos, el mismo tiempo de vida hasta su muerte.

Es una gran esfera de gas que se mantiene en equilibrio porque hay una fuerza de gravedad que permite retener sus componentes en forma de esfera, pero también porque tiene unas reacciones termonucleares interiores que hacen fuerza hacia afuera, evitando, así, que el Sol se vaya haciendo pequeño. Estas reacciones se deben a la trasformación del hidrógeno del interior del Sol en helio.

Al acercarse el final de su existencia, las partes externas del Sol irán aumentando de una forma espectacular, e incluso pasarán la órbita de la Tierra, que es posible que haga un movimiento para evitar ser tragada.

En el interior quedará una pequeña estrella, formando lo que se llama una enana blanca, una estrella mucho más pequeña que la actual; la nube de gas que se desprenda irá creciendo cada vez más. Cuando la estrella del interior se apague del todo, quedará trasformada en una enana negra, dejando de brillar, de manera que ya no se verá desde cualquier lugar del Universo porqué dejará de tener luz.


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