Praderas, estepas y sabanas - Naturaleza

martes, 5 de marzo de 2013

Praderas, estepas y sabanas



Las praderas son propias de países templados-fríos, donde los inviernos y veranos no son extremadamente rigurosos y las lluvias son frecuentes. La pradera puede considerarse, en general, como una de las más importantes formaciones vegetales del mundo.

En la pradera conviven plantas adaptadas a vivir en la estación fría y otras capaces de soportar el medio caluroso; gramíneas, plantas leguminosas... que duran poco comparadas con los árboles, acumulando en el suelo pratense gran cantidad de materia orgánica, de manera que la cantidad de humus en las praderas en diez veces mayor que en los bosques.

Estepa en primavera

Los pastos de la pradera son el paraíso para el ganado y, en algunos casos, este ha dejado grandes extensiones de pradera reducida a autentico desierto.

La estepa es la pradera propia de los países templados y fríos, con plantas que brotan al principio de la primavera, para agotarse con la llegada del verano. Son típicas las de Rusia y Siberia, que mantienen la hierba en reposo durante el crudo invierno, pero también puede ser considerada como tales las llamadas "praderas de interior" en los Estados Unidos, y los pastizales de la Argentina, conocidos con el nombre de pampa.

Cuando el clima extrema su aridez, la vegetación se va perdiendo hasta formar una estepa desértica, con pequeños arbustos y matas leñosas muy espaciadas, sustituyendo a las plantas gramíneas; hablamos de las estepas del Asia Central.

En las regiones tropicales, la pradera adopta la forma de sabana, una especie de estepa con árboles de pequeña talla (aunque no falta el baobab y la palmera). Constituida fundamentalmente por hierbas gramíneas, la encontramos en América del Sur (los llanos de Venezuela y los campos de Brasil), en la región sudano-zambeziana de África, en la India y en Australia.

Tanto en la estepa como en la sabana, la hierba se convierte en paja y los árboles y arbustos pierden la hoja con la llegada del periodo seco. En cambio, cuando vuelven las primeras lluvias, este desolador paisaje de muerte cambia como por arte de magia: la hierba brota y los árboles y arbustos se revisten de hojas y flores. Por todas partes resucita en la sabana una vegetación exuberante durante los meses de lluvia.


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