Secar hortalizas y setas - Naturaleza, Plantas

miércoles, 17 de octubre de 2012

Secar hortalizas y setas



Aunque es más frecuente secar especias, las judías verdes, las alubias, los guisantes las setas y las cebollas pueden secarse.

Para secar las judías verdes se cogen las legumbres tiernas, se despuntan y si es necesario se les quitan los hilos. Se lavan y, si son muy grandes, se cortan. Las metemos en agua hirviendo durante tres minutos, se lavan rápidamente en agua fría y se extienden sobre un paño limpio o una capa gruesa de papel de cocina. Una vez secas, o un poco secas, las ponemos extendidas en las bandejas del horno y encendemos éste al mínimo posible hasta que estén bien secas y crujientes.

Cómo secar algunas hortalizas y setas

Tardan varias horas. Pasado el tiempo las metemos en tarros con el cierre hermético y las guardamos en un lugar oscuro y fresco. Hay que empaparlas en agua fría durante varias horas antes de cocinarlas de modo habitual. El problema de conservar las judías de esta forma es que pierden todas sus vitaminas, así que lo mejor es congelarlas para que mantengan su valor nutritivo.

Si queremos secar las alubias las dejamos en la planta hasta que llegue el otoño, en que se vuelven bastante blancas. Colgamos la planta entera en algún lugar fresco y seco donde tenga buena circulación de aire. Cuando estén secas para pelar, podemos meterlas en un saco y sacudirlas para separar las judías de las vainas. Una vez duras y secas podemos meterlas en frascos.

Los guisantes se pueden coger frescos y seguir el mismo método que con las judías verdes, o dejarlos en la planta y seguir el método de las alubias. Para éste último método es recomendable que sea una variedad que se utilice para secar.

Para conservar las cebollas, las pelamos y cortamos en rodajas, separando los anillos. Las sumergimos en agua hirviendo durante medio minuto. Las lavamos rápidamente en agua fría y extendemos sobre un paño limpio; después seguimos el procedimiento para secar judías. Cuando queramos usar las cebollas, las empapamos en agua durante 30 minutos antes.

Las setas frescas que cogemos en el campo se pueden secar. Si están sucias se limpian con un paño húmedo. Les quitamos los pies y ensartamos los sombrerillos en un cordel (cuidando que no se toquen) o las colocamos en una sola capa sobre una rejilla de alambre. Se cuelgan los cordeles en un sitio caliente (sobre el calor del motor de la nevera, por ejemplo) o se meten las rejillas en el horno. Se dejan hasta que estén secas y crujientes; después se meten en frascos herméticos.

Para freír o asar las setas se hierven con poca agua durante 15 minutos, o se empapan durante una o dos horas. En sopas o guisos se pueden añadir tal como están.


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