Pinos, abetos, cedros y ciprés - Naturaleza

sábado, 22 de septiembre de 2012

Pinos, abetos, cedros y ciprés



Son pocos los ambientes geográficos donde no estén presentes los pinos. Estos árboles ponen en el paisaje su nota característica de eterno verdor y eterno frescor.

Sus hojas tienen forma de aguja. Las flores masculinas se encuentran en penachos terminales, mientras que las flores femeninas están en el interior de piñas cónicas.

pinos, abetos, cedros y ciprés

El pino piñonero, el pinaster marítimo o gallego juegan con la brisa del mar en los litorales. Indecisos entre el mar y la montaña, crecen en las zonas intermedias el pino silvestre de Balsain y el pino negro. En las montañas viven el pino muga, el cembra y el unciata, hasta unos 2000 metros.

El abeto se caracteriza por sus piñas cilíndricas y erguidas y por su ramificación terminal en formas de cruz. Son los típicos "árboles de Navidad" y proliferan en la región pirenaica española.

El cedro está reconocido como uno de los árboles más elegantes de los jardines; sus ramas adoptan una disposición verticalada y ampulosa como si quisiera abrazar al paisaje. Este árbol ha gozado siempre de fama por su excelente madera. Por su majestuoso porte, el cedro ha sido siempre considerado como un símbolo de majestuosidad y de imperio.

Sin embargo, es el ciprés quien se lleva la palma de longevidad en la actualidad. El ciprés de Moctezuma es el ser viviente más viejo de Méjico y probablemente del mundo, ya que se le han calculado 6.000 años de existencia.

Por su forma cónica de surtidor eterno que señala al cielo, el ciprés ha sido escogido para presidir nuestros cementerios. Tiene hojas escamosas y sus frutos secos, formados también por escamas, tienen una forma más o menos esférica. Todo en él es fuerte.


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