El verano es la estación más esperada del año, y también es la estación en la que más agresiones sufre nuestro cabello. El sol, la sal del mar, el cloro de las piscinas... todos se ponen en contra de nuestro pelo, dejándolo seco y sin brillo. Con algunos consejos intentaremos que nada ni nadie arruine nuestra melena.

En verano el cabello está más tiempo mojado que seco. Si "no podemos vivir sin el secador", es preferible que utilicemos el aire frio para secarnos el pelo. Debemos mantener el aparato más o menos a 25 cm de distancia del cabello.

El sol es más fuerte en verano y debemos tener en cuenta que la exposición aclara su color más o menos un tono. En un pelo de color castaño claro o rubio puede resultar favorecedor, pero nuestro color es el moreno, lo más aconsejable es que nos tiñamos el cabello de un tono más oscuro.

Cepillando el cabello un rato cada día conseguiremos un pelo con brillo. Además, con el cepillado activamos la circulación sanguínea. Mejor si lo hacemos con un peine de púas anchas.

Para mantener el grueso de la melena a salvo los recogidos, las trenzas, las coletas,... resultan medidas eficaces.

La caspa no es un problema estacional. Necesitamos tener el cuero cabelludo equilibrado. Hay champús específicos para este problema. Debemos lavar el pelo con agua tibia, no caliente, y terminar con un chorro de agua fría para conseguir un brillo deslumbrante.

Con el calor nos apetecen más los zumos. Podemos aprovechar y tomar los que nos favorezcan. El colágeno y la queratina, que son beneficiosos para el cabello, se encuentran en el pomelo, la naranja, las fresas y los kiwis.

Demasiado sol daña las puntas del cabello, dejándolas sin vida. Podemos cubrirlas con mascarilla cuando nos expongamos al sol. Además, si recogemos el cabello en un moño y las escondemos bien, evitaremos roturas.