El reflejo de un cabello sano está en una melena deslumbrante. Si nuestro pelo parece apagado podemos seguir unos pequeños trucos de belleza. El brillo en el pelo es, además de un objetivo, sinónimo de una melena sana.

Además de seguir una rutina de limpieza (que el pelo agradecerá) no hay que olvidar que la salud del pelo pasa por llevar una alimentación equilibrada.

El cabello brillará utilizando champú, acondicionador y mascarilla a base de ingredientes naturales. Si podemos, vamos a huir de la polución que apaga nuestro pelo. Pero también lo empobrecen y llegan a provocar su caída una dieta pobre, el uso de aparatos eléctricos sin prevención, la sobrecarga de productos de peinado...

Cuando el pelo esté húmedo, no debemos cepillarlo nunca bruscamente. Es cuando más frágil está y puede romperse.

Además del brillo, unas puntas en buenas condiciones son la carta de presentación de nuestra melena. No sirve de nada lucir una melena brillante si está rota y desgastada en las puntas.

Para tener un pelo brillante vamos a aclarar el pelo con agua fría. Esta temperatura evita que el pelo se encrespe ayudando a sellar las cutículas. También el agua fría lucha contra la sequedad del pelo. Si ganamos a la sequedad y al encrespamiento ¡parte de la victoria es nuestra!

Podemos ayudar a nuestro pelo con pequeños gestos como cepillarlo cada día. Activamos la circulación sanguínea. Mejor hacerlo con un peine de púas anchas y cuando el pelo está seco.

Antes de utilizar una plancha o las tenacillas debemos hidratarlo mucho. Para ello podemos envolverlo en una toalla de baño y dejarle así varios minutos. Después tras lavarlo y enjuagarlo bien nuestro cabello estará preparado para las agresiones.

Error... Las planchas alisadoras, no consiguen brillo. Aplicar el champú de forma vigorosa, no consigue brillo. Secar el pelo bruscamente, no consigue brillo. Peinar el cabello de forma brusca, no consigue brillo. Ojo con el sol, no provoca brillo; al contrario se come el brillo natural que nuestro pelo pueda tener.