Una pata de una mesa, de una silla, de cualquier mueble de nuestra casa se suele romper donde hay un punto débil: en nudos, betas, un defecto... Repararla es sencillo.

Vamos a reparar la pieza introduciendo un refuerzo rígido. Hacemos un agujero en la madera, con un formón o con un destornillador plano, que nos sirva para situar el taladro.

Donde se ha producido la ruptura, la madera es muy frágil, por eso hay que ir haciendo un agujero poco a poco, en el centro de la pata, hasta que tenga un diámetro adecuado para la clavija que meteremos. Los agujeros en las dos partes de la pata rota deberán coincidir perfectamente. Para ello no debemos quitar la madera astillada de los bordes.

Introducimos en el agujero una espiga de madera, que conocemos habitualmente como un tubillón de madera. Con cola hasta la mitad de la espiga, unimos las dos partes. Estos tubillones de madera nos son de gran ayuda en los trabajos de carpintería. Suelen tener una longitud de 8 cm y generalmente son de haya, parecidas a las brocas del taladro.

Encajamos bien las dos partes y limpiamos con un trapo la cola que rebose del trabajo. Sujetamos las partes con sargentos en vertical y horizontal. Cuando se ha secado la cola, alisamos la zona con papel de lija. Ya finas, las barnizamos.