¿Sabemos elegir un regalo? Entonces sabemos estar, sabemos más normas de comportamiento de las que creíamos. La intuición forma parte del saber, es necesaria como el conocimiento. Saber escoger el regalo perfecto se convierte en una muestra más de nuestro saber estar, habla de nosotros y nos presenta ante los demás. Elegir un regalo con acierto nos describe. Regalar es una costumbre tan antigua como la humanidad.

Solo falta una semana para nuestro aniversario o nuestro cumpleaños y nuestra pareja es algo despistada, pero podemos hacer que esta vez se acuerde de él hablando del tema con amigos por teléfono delante de ella.

Siempre podemos sugerir el regalo que nos gustaría, así no recibiremos la colonia de siempre ni la cartera, la corbata o la ropa que nos queda fatal. Podemos dar pistas, dejando caer, con todo lujo de detalles, que hemos visto algo que nos ha entusiasmado.

El aniversario es un día especial en nuestras vidas. El regalo en si no importa (¡anda que no!), tanto como la forma de hacerlo. Nuestra pareja va a valorar mucho el momento y la forma de la entrega. Hacer que el momento sea inolvidable va a superar cualquier objeto material. (Oooooh...)

Un regalo adecuado no es fácil, y más cuando no conocemos a la persona, ojo cuando es un regalo "de compromiso con el que podemos quedar mal". Siempre podemos averiguar los gustos de la persona a la que va dirigido por medio de su entorno y familia. Para este tipo de regalos descartamos aquellos muy personales y seguimos los regalos estándar, eso sí, teniendo en cuenta el binomio precio y artículo. Nos dejamos aconsejar por el dependiente de la tienda.

Pero, para cualquier regalo, debemos fiarnos y dejarnos llevar de nuestro sentido común. Vale más poco dinero, pero mucha idea, que mucho dinero sin idea y sin ilusión.

Debemos tener en cuenta el motivo del regalo; va a ser diferente un regalo de hospital, que llevamos a un enfermo, o un regalo en los momentos de fiesta.