El castor es un autentico ingeniero acuático que construye diques y castillos en los ríos, sabiamente, tanto que ha dado de que hablar pensando en una particular "inteligencia" para estos trabajos. Pero no: las construcciones de los castores no varían, son exactamente igual hoy que hace siglos.

Los castores son unos simpáticos roedores que viven en colonias. Las hembras son las que construyen, mientras que los machos aportan los materiales para hacerlo. se trata, principalmente, de ramas y pedazos de madera que han conseguido royendo en círculo los troncos hasta lograr tirar los árboles.

Utilizan también piedras que mezclan con madera mediante barro. Construyen diques y levantan pequeños pantanos donde hacen su madriguera de forma cupular. La entrada a sus casas suele estar en el agua.

El castor mide 80 cm más 11 cm de cola, ancha y carnosa, pero sin pelo. Utilizan la cola como timón cuando nadan, como apoyo al trabajar royendo troncos, o como alarma con la que baten en el agua cuando detectan un peligro.

El castor está adaptado al medio acuático; sus orejas tapan los conductos auditivos para que no les pase agua a los oídos, las ventanillas de su nariz se cierran y se abren perfectamente. El castor tiene sus patas traseras fuertes, veloces y le ayudan a desplazarse sin problema en el medio. Es un perfecto nadador. El castor trabaja desde la puesta de sol hasta el amanecer.

Hay dos tipos de castores: una mayor, que habita en las regiones norteñas de América, puede alcanzar hasta 120 cm de longitud sin contar la cola, con hocico más arqueado y pelo más oscuro; y otra especie de castor que habita en Asia del Norte y Europa central. Se han perseguido para conseguir su piel, muy apreciada.