No conviene olvidar que, para entrenarnos bien y estar a gusto durante el ejercicio, tenemos que crear una atmósfera tranquila, sin timbres de teléfono o móvil, que no tienen porqué sonar. Durante un rato aplicamos la frase "yo, mi, me, conmigo".
Es importante que la ropa sea cómoda. Mejor que entrenemos descalzos que con zapatillas o calcetines gruesos.
Si disponemos al empezar de una colchoneta, un pequeño cojín, una toalla de mano o paño de cocina, no tendremos que interrumpir luego la sucesión de ejercicios.
Primero nos quitamos todos los adornos que llevemos y pasamos a hacer dos veces una respiración profunda.
Andamos durante cinco minutos en el sitio, a buen paso. Esto sirve de calentamiento y previene lesiones. Para no elevar la presión arterial, debemos llevar una respiración fluida y pausada.
Si no estamos concentrados en el ejercicio que realizamos, podemos cometer fallos que darán al traste con todo el programa.
El sueño es mal compañero cuando entrenamos. Entrenar antes de las 8 de la mañana solo tiene lógica para alguien muy madrugador. Nuestro propio biorritmo ha de darnos el momento justo.
Debemos tener cuidado en caso de tener dolores punzantes, resfriados o fiebre. También debemos tener cuidado si estamos en baja forma o hay operaciones recientes; si existe alguna duda a la hora de hacer ejercicio, nuestro médico es el que mejor nos aconsejará.