Vamos a hacer un apetitoso gratinado con un kilo de manzanas, 50 gr de azúcar, 50 gr de almendras tostadas, 50 gr de mantequilla, un limón, un vaso de vino blanco seco y un vaso de jarabe de frambuesa. ¡Manos a la obra!

Pelamos las manzanas y las partimos a lo largo por la mitad, quitándoles el corazón y las semillas. Las más adecuadas para hacer al horno son las manzanas del tipo Golden que, por su carne jugosa y dulce, y su forma regular, son las más adecuadas para hacer al horno.

Untamos con mantequilla una bandeja de horno algo honda. Colocamos las manzanas una al lado de otra reposando sobre la parte cortada y las rociamos con el zumo de un limón. Encima de cada manzana ponemos una bolita de mantequilla.

En una taza mezclamos el vino, el jarabe de frambuesa y el azúcar. Lo echamos sobre las manzanas y, por encima, lo cubrimos todo de las almendras laminadas o picadas con un mortero, pero sin dejar los trozos demasiado pequeños.

Ponemos la bandeja al horno para que vaya cociendo durante una hora aproximadamente, a fuego normal. Servimos el gratinado de manzanas como un postre tibio o bien frío.