Para conseguir que un ramo de flores silvestres pequeñas destaque como si se tratara de una composición con rosas, tenemos que agrupar muchas y limpiarlas de excesivas hojas verdes; así evitamos que quiten protagonismo a las flores. Procuramos ponerlas en un jarrón alto y procuramos que no cuelguen demasiado.
A la hora de hacer un ramo, una buena elección es combinar rosas y bulbos; por ejemplo, podemos poner rosas amarillas combinadas con tulipanes de color rojo y rosa.
Las rosas también hacen buena pareja con narcisos y fresias; estas últimas con gran variedad de colores: blanco, dorado amarillo, anaranjado, rojo, rosa, lavanda, púrpura y bicolores. Pero si queremos acompañarlas de ranúnculo (conocido como botón del prado) y peonías, debemos buscar colores que contrasten.
Un ramo con tallos de diferentes alturas hace que destaquen las flores. Para hacerlo, los cortamos dejando los más cortos a la altura del jarrón. Los colocamos de forma escalonada, poniendo los más cortos a los lados y los más largos en el centro.
En una sala decorada con tonos neutros queda muy bien una composición con colores atrevidos. Podemos combinar ranúnculos rojos, amarillos y blancos con anémonas moradas y rojas. Las colocamos en un tiesto decorativo, clavadas en espuma de esa que venden en las floristerías.