Motivación, decisión, hábito - En forma

lunes, 20 de febrero de 2012

Motivación, decisión, hábito



Si uno está motivado y decidido a cambiar o introducir un nuevo hábito en su vida, no debe demorarlo demasiado. Cuanto más tiempo corre entre el momento en que se ha tomado la decisión y aquel en que realmente se pone uno manos a la obra, menos posibilidades de éxito se tienen. Por ello lo mejor es, una vez decidido, comenzar a practicar el nuevo hábito sin más.

Lo ideal es intentar comenzar a hacerlo de forma automática, aprovechando el impulso que nos proporciona la motivación; es decir, sin dar tiempo al cerebro a buscar excusas (es todo un experto) para dejar de lado el objetivo.


También es muy importante que, a lo largo de este periodo, se revisen de forma periódica los avances, por pequeños que sean, para que uno no sienta que la meta está todavía muy lejana. Para verlo de forma gráfica y que resulte alentador, se puede hacer un gráfico en el que se indique los días que se lleva, por ejemplo, haciendo footing, y las distancias recorridas. Una buena idea es colocarlo a la vista, y fijarse pequeñas metas, no olvidando premiarse por su consecución.

Según dicen en la psicología moderna, está comprobado que se crea un hábito cuando un acto se ha repetido veintiuna veces. Una vez adquirido el hábito, no se necesita ninguna motivación. Basta con repetir algo veintiuna veces, o durante 21 días (tres semanas), para adquirir un hábito.

A priori puede parecer difícil cambiar hábitos sedentarios que se han seguido durante años, pero después de repetir durante 21 días unos ejercicios o un deporte, esta práctica comienza a ser una costumbre. De este modo, el cerebro lo habrá interiorizado.

Poniendo en práctica esta regla, uno puede fácilmente comprobar que el dia 22 ya se ha pasado lo más duro, e incluso verá que ya no puede vivir sin los beneficios que el deporte le está aportando.


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