En nuestras fiestas, si no somos hábiles para preparar bebidas y servirlas, lo mejor es que contratemos a alguien que se ocupe de ello. Si nuestro presupuesto no nos lo permite, podemos pedir a algún amigo de confianza que desempeñe las funciones de barman. Esto nos permitirá, también, movernos entre los invitados, conversar... Ser unos buenos anfitriones en casa.

Las bebidas sin alcohol no tienen por qué ser aburridas. Hay cocteles deliciosos y sanísimos que gustarán mucho a nuestros invitados abstemios. Como éste: batimos una rodaja de piña con medio litro de té y enfriamos la mezcla en el frigorífico. En el momento de servirlo, añadimos dos botellas de Ginger Ale y adornamos las copas con hojitas de menta. También son muy ricos los combinados con granadina.

Con alcohol, el mojito gustará mucho: aplastamos dos ramitas de hierbabuena, le añadimos azúcar y ron blanco. Removemos, lo dejamos reposar, añadimos hielo y volvemos a remover de nuevo. Incorporamos un poquito de soda y decoramos con otras ramitas de hierbabuena.

Los cócteles fuertes como el Margarita, a base de tequila, se sirven con el borde de la copa decorado con sal. Para fijarla pasamos un pedacito de pulpa de limón por el borde y, a continuación, con la copa boca abajo, la hundimos sobre sal extendida en un platillo. Se quedará pegada.

Para hacer el agua de Valencia, un coctel muy español, ponemos en una jarra 2 copas de zumo de naranja, media copa de ginebra y media de ron blanco. Añadimos también una copa de Grand Marnier amarillo, dos copas de cava y 6 cucharaditas de azúcar. Le añadimos hielo y lo servimos adornado con naranja.

Los "fizzes" son los cocteles con espuma. Para obtenerla podemos agitar la coctelera con hielo picado muy fuerte o pasar la mezcla por la batidora. Pero lo que da mejor resultado es añadir una cucharadita de clara de huevo a la mezcla y agitar rápidamente.