Las personas naturistas consumen siempre productos ecológicos, alimentos procedentes del cultivo biológico, sin pesticidas ni abonos químicos. Los animales se deben criar en libertad. De ellos obtendremos los mejores huevos y productos lácteos.

El pan y el arroz tienen que ser alimentos integrales, porque contienen más vitaminas y minerales que los refinados. Nuestra alimentación debe ser rica en fibra, pues gracias a sus efectos disminuye el riesgo de contraer numerosas enfermedades del aparato digestivo, como el cáncer de colon.

Hay que evitar los alimentos enlatados, que disminuyen algunos principios activos y anulan algunas vitaminas. Vamos a comer, siempre que podamos, los alimentos crudos, ya que conservan mejor sus propiedades, como en el caso de la soja o el trigo.

Incluimos por igual en nuestra dieta verduras y productos naturales fermentados con bacterias, como por ejemplo: el chucrut, el fermentado de soja similar al yogurt, el miso,... Es recomendable incorporar a la dieta complementos como levadura de cerveza, lecitina de soja granulada, germen de trigo en copos, etc.

Si queremos incluir la sal en nuestra dieta tiene que ser sal marina integral, en lugar de sólo cloruro sódico. La sal marina contiene otros minerales necesarios para el ser humano. El agua, incluso la que utilizamos para cocinar, ha de ser de manantial, ya que la del grifo no siempre es natural. Las frutas nos van a aportar los azúcares necesarios, como la fructosa.

Las grasas han de ser de origen vegetal. Algunos aceites vegetales tienen ácido oleico y linoleico, como el de oliva, que resultan esenciales para el ser humano. Utilizamos las proteínas de origen vegetal, igual que las grasas. Conviene combinar cereales con legumbres y hortalizas para conseguir proteínas completas.

Hay que comer despacio y ensalivar bien los alimentos. Procuramos que sean sin aditivos químicos, sin conservantes ni edulcorantes artificiales, procurando que no estén irradiados, pues pueden tener radiaciones ionizantes que se acumulen en el organismo.

No abusaremos de las bebidas alcohólicas. En todo caso, podemos tomar vino negro natural, que contiene taninos beneficiosos para la salud. Las frutas y las verduras han de tener un lugar preferente en nuestra alimentación. Por último, se puede practicar el ayuno, aunque siempre bajo control médico.