Cintas matizadas, el lirio verde - Plantas

miércoles, 12 de octubre de 2011

Cintas matizadas, el lirio verde



No hay planta de interior menos delicada que las cintas matizadas o lirio verde. Siempre dispuesta a multiplicarse, no toma a mal que se la deje de regar una temporada. Soporta igual el seco aire de la oficina que los vapores de la cocina.

Las cintas matizadas tienen un tallo corto y raíces carnosas de tuberosa proliferación, con las que se enganchan fuertemente al suelo y así soportan bien el peso de los jóvenes acodos colgantes.


En los meses de crecimiento, de febrero a octubre, debemos regar el lirio verde con regularidad y administrarle cada semana un poco de abono para flores. El riego ha de ser "un poco menos que más", ya que al lirio no le gusta el agua encharcada, la tierra empapada ni el suelo demasiado ácido. Resiste perfectamente una temporada sin regarlo. También podemos sacar las plantas al exterior de casa y aprovechar el agua de llúvia.

De noviembre a enero el lirio se toma una temporada de descanso. En este periodo hay que suprimir el abono y reducir las dosis de agua, de acuerdo con el lugar donde esté colocada la planta. Si lo tenemos en una habitación donde hay calefacción, debemos regarlo más que si está en un lugar fresco. Las cintas matizadas toleran temperaturas inferiores a los 10º C durante algún tiempo.

Las cintas del lirio crecen rápido, por lo que deberemos cambiarlas de maceta, no demasiado ancha ni muy honda, cada dos años. La tierra debe ser rica en minerales y mejor si es algo arcillosa.

La forma más fácil de reproducir las cintas es separando del tallo los mugrones con raíces. Los plantamos en un tiesto que conviene calentar un poco al principio. A los pocos días se pueden colocar ya las plantas en el lugar definitivo, donde florecen durante los meses de mayo a junio.


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