El elixir de la eterna juventud - Cultura y ocio, Longevidad

martes, 5 de julio de 2011

El elixir de la eterna juventud



Desde que la humanidad es consciente de que tiene fecha de caducidad, hay una búsqueda de la inmortalidad. Queremos encontrar una pócima o remedio que nos permita ser siempre jóvenes, estar en plenas facultades físicas y también, cómo no, psíquicas. Buscamos el elixir de la eterna juventud.

La búsqueda empezó ya en las culturas primitivas, en las que se bebían la sangre de otros animales y, con ella, esperaban llenarse de la energía vital de éstos.


Más tarde, durante la cultura Egipcia se desarrolló la creencia de que el faraón, equivalente a un rey o a un emperador, era inmortal. Por eso se daba la máxima atención y cuidado a la construcción de las pirámides que serían su residencia y al proceso de momificación de la persona.

Posteriormente se consideró que el aliento era el transmisor de la vida. Se creía que con el último hálito se expulsaba la vida. Por aspirar el aliento de las jovencitas de forma continua, el romano Claudio Hermippis afirmaba haber logrado vivir 115 años.

Otro de los grandes mitos relacionados con la inmortalidad es la búsqueda del Grial, que se llevó a cabo en la edad media. Una de las motivaciones por las que se emprendieron las cruzadas medivales fue hallar en Santo Grial que, según decían, confería la inmortalidad o curaba a quién bebía de él.

Al mismo tiempo, mientras los caballeros iban a Jerusalén para conquistar territorio santo, los alquimistas buscaban con sus pócimas hallar la piedra filosofal para poder convertir todos los mentales en oro y encontrar el elixir de la vida que les permitiese lograr la inmortalidad.

En la época del Renacimiento la búsqueda de la fuente de la eterna juventud se asoció con El Dorado, donde se suponía que había grandes reservas de oro.

En los siglos XVl y XVll se narraban historias de rejuvenecimientos. Entre los alquimistas se creía que la piedra filosofal, disuelta en agua destilada, prolongaba la vida. Decían que la sustancia resultante era capaz de eliminar el agua pesada de los tejidos, haciendo que estos no envejecieran.

En la Edad Moderna apareció un conjunto de personajes que probaron una serie de técnicas, según ellos, infalibles para regenerar el cuerpo y poder vivir más.

Con el desarrollo de la ciencia se comenzó a buscar otros sistemas para alargar la vida y aparentar la juventud, así cada vez se crearon más cosméticos y progresó una parte importante de la medicina moderna.


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