Las pantallas de las lámparas en casa, las paredes empapeladas y los radiadores antiguos son difíciles de limpiar. Con estos consejos nos pueden quedar relucientes sin mucho trabajo.

Para limpiar las pantallas de tela utilizamos primero un aspirador de mano o uno normal a baja potencia, buscamos eliminar el polvo que pueda quedar después de pasar un trapo. La limpieza dependerá de las características de la tela. Si es de algodón o hilo, lo mejor será aplicar espuma seca en espray, la misma que se utiliza en moquetas y tapicerías. Si empleamos agua jabonosa, la tela puede encoger o se puede desteñir.

Si no conocemos la composición del tejido de la pantalla, hacemos una prueba con un bastioncillo impregnado con agua jabonosa muy caliente, en una zona poco visible.

Las pantallas de papel deben limpiarse muy a menudo con un plumero, para que el polvo no se acumule. Si está manchada de grasa, cubrimos la mancha con una espesa capa de polvos talco y la dejamos actuar durante 24 horas. Después la frotamos cuidadosamente con un cepillo para retirar los polvos de talco.

Si la pantalla está amarillenta debido a la luz y al paso del tiempo aplicamos a toda la superficie alcohol rectificado (superior a 96 % o el que venden en las farmacias) para igualar el color. Respecto a la limpieza de las pantallas de cristal lo mejor es desmontar la pieza de la lámpara, para poder utilizar con toda comodidad el agua y detergente para vajillas o bien limpiacristales.

No limpiamos la pantalla de la lámpara con ningún estropajo para no rayar la superficie. Una vez que la dejamos al aire la frotamos con un trapo fino, de hilo, o mejor aún con papel de periódico. Luego montamos de nuevo la lámpara. Si no podemos desmontarla primero quitamos el polvo con un trapo suave y luego damos alcohol con un algodón suave. Y si es necesario repetimos la operación hasta que nos parezca que queda limpia.